domingo, 18 de julio de 2010

Atrapado

Asustado, comencé a gritar que me dejaran salir, cosa que les dió la divertida idea de dejarme encerrado un rato más. Nunca había sufrido claustrofobia pero estar encerrado en un lugar pequeño a oscuras es sencillamente desesperante. Una vez que comenzás a desear salir ya no podés tranquilizarte. Es un fuego que te quema por dentro y va aumentando hasta controlar todos tus sentidos. Dejás de pensar, de oír, sólo querés salir con desesperación. El aire se empieza a ir junto con el razonamiento. Una nube de desesperanza niebla tu visión. Estás atrapado y no podés salir. No pensás nada más que en ello. La sensación no te deja ir más allá de "estoy atrapado y no puedo salir" cuando una persona calmada bien podría pensar: "estoy atrapado y ahora no puedo salir, pero ya saldré". La esperanza, aparentemente, es la única que logra escapar de esas cuatro paredes y el miedo es lo único que logra entrar.
Como ultima medida de salvación, tu cuerpo se apaga para dejar de sufrir. Un demsmayo y que sea lo que tenga que ser.

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